¿Cómo diferenciamos entre depresión y tristeza?

depresión

La tristeza es una emoción básica, un sentimiento normal. No podemos huir de ella, sino que debemos escucharla y aceptarla. Evitar que esta nos invada por completo, que nos perjudique en nuestras actividades diarias. Porque el problema surge cuando la tristeza nos anula, se apodera de nosotros y nos impide ser nosotros mismos.

La tristeza se convierte en depresión cuando la persona se siente incapaz de afrontar su día a día. Cuando la persona siente que es imposible motivarse y alejarse de su foco de tristeza. Aunque debemos diferenciar entre los dos términos, el síntoma más característico de las depresiones es la tristeza.

La persona describe su tristeza como diferente a otras experiencias tristes que hubiera podido sufrir previamente, y con una mayor sensación de pérdida de control y gran dificultad para motivarse por otras cuestiones que no sean el foco de su tristeza.

¿Qué diferencias existen entre la tristeza y depresión?

La tristeza es un estado de sufrimiento anímico natural provocado por un hecho que nos produce dolor (un despido, una ruptura amorosa, la muerte de un ser querido). Al tratarse de un estado de ánimo producido por un acontecimiento, la tristeza siempre es pasajera y tenemos los recursos suficientes para aceptarla y salir de ella. La depresión, por su parte, es una enfermedad que afecta a todas las parcelas de la vida de quien la padece, y arruina su deseo de disfrutar de las cosas.

Las personas con depresión se consideran incapaces de enfrentarse a situaciones que, en condiciones normales, sí podrían superarlas fácilmente. Tienen deteriorado el sistema nervioso y el sistema inmunológico.

Síntomas de la depresión

  • Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades.
  • Sensación de que nada tiene solución. Negatividad en todas las parcelas de la vida
  • Sentimiento de vacío continuo
  • Las personas con depresión se anulan a sí mismas, se atacan con pensamientos del tipo “soy inútil, no sirvo para nada, soy una molestia para los demás”
  • Insomnio o hipersomnia. La depresión puede producir insomnio (lo que deriva en agotamiento, desesperación), o, al contrario, puede derivar en una continua somnolencia.
  • Pérdida de energía
  • Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.

Si nos proponemos evitar e ignorar la tristeza, no conseguiremos cambiar lo que sentimos, porque nuestras emociones no siguen órdenes. Para superarla es necesario aceptarla como cualquier otro sentimiento básico del ser humano. Aceptar que la tristeza es algo natural, que surge por algo en concreto, y que, igual que vino ésta, vendrán otras emociones. Cuando hablamos de aceptar, no nos referimos a dejar que se apodere de nosotros. Sino que escuchamos nuestra pena, y luego buscamos el cambio, haciendo cosas que nos hagan sentir bien, que nos desconecten.

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