Secuelas del coronavirus en la salud mental | Clínicas Origen de Psicología

A lo largo de la historia nos hemos enfrentado a diferentes acontecimientos mundiales que han marcado un antes y un después en la sociedad. Actualmente estamos viviendo uno de ellos que ha afectado a todo el planeta.  Como consecuencia, los pilares fundamentales de la humanidad han sido atacados, entre ellos, dos de los más importantes: la salud y la economía.

coronavirus

Ha pasado más de un año desde que nos enfrentamos por primera vez al COVID-19. Esta pandemia mundial ha estado afectando a las distintas  áreas que encontramos en la vida de las personas. Y hemos aprendido a convivir con la atención puesta en el número de contagios, número de fallecidos y número de personas vacunadas.

Actualmente persisten las dudas sobre la futura evolución de la pandemia. Por el momento siguen vigentes muchas restricciones que no nos permiten volver a la vida que realizábamos anteriormente. Sin lugar a duda, nos hemos enfrentado a un año muy duro donde se ha comprobado que las cuarentenas, las restricciones y los aislamientos han tenido un gran impacto en el ámbito psicológico de las personas de forma negativa.

¿Secuelas del COVID-19?

La pandemia del COVID-19 ha traí­do secuelas para la mayorí­a de las personas con diferentes repercusiones en el ámbito social, mental y físico. Entre ellas encontramos la aparición del estrés generado por la gran incertidumbre sobre cuándo volveremos a la antigua normalidad.

Desde el punto de vista laboral, la continua información acerca de la posible vuelta al trabajo sin respuestas claras provoca la desesperación de los trabajadores. El temor y la ansiedad ante la enfermedad y lo que podría suceder a raíz de esta, puede llegar a resultar abrumador y generar fuertes emociones, tanto en adultos, como en los más pequeños.

Las medidas de salud pública, como el distanciamiento social, han provocado que las personas se sientan aisladas, alejadas y en soledad, aumentando así una vez más el estrés, la ansiedad y su miedo ante los brotes de enfermedades.

Otra de las consecuencias que se está viviendo es el miedo a la muerte. Hay personas que tienen mucho miedo a morir por el coronavirus, la preocupación adaptativa y la preocupación ansiosa se han dividido en una línea muy fina. Los más mayores o personas de riesgo son las que pueden sentir este temor más cerca por tener un porcentaje de riesgo superior al resto de la población. También hay quienes creen que si cogen el virus, fallecerán aunque no tengan una edad elevada o patologías previas. Este miedo, les hace vivir en altos niveles de estrés, continuamente desconfianza por relacionarse con gente, actuando de forma pesimista a medida que se desarrolla y evoluciona la pandemia.

Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta y por el que han tenido que pasar muchas familias han sido las despedidas de nuestros seres queridos. Añadido a las altas cifras de fallecidos por COVID-19, no hay que olvidarse de que las muertes por otras enfermedades como mentales o cardiovasculares, o naturales no han cesado. Tanto el acompañamiento final al enfermo como los rituales de duelo establecidos socialmente no han podido realizarse, lo que ha derivado en aumento de emociones disfuncionales y duelos no adaptativos.

Otro de los factores afectados donde el COVID-19 ha hecho mucho daño es en el de la economía, generando situaciones crí­ticas en empresas de todo el mundo, desempleo y dificultades económicas en muchas personas y familias. La estabilidad laboral y financiera es un factor de protección frente al estrés, por lo que ante esta situación de incertidumbre y falta de seguridad, añadimos otros factores de riesgo que impactan en nuestro bienestar.

La posibilidad de que se vea afectada nuestra salud o la de nuestros seres queridos es una fuente natural de preocupación. Como hemos podido comentar, en las circunstancias actuales, serían muy frecuentes emociones como la ansiedad, el miedo, la tristeza, el enfado o la impaciencia. Estas emociones comparten entre ellas la función de proteger nuestra vida creando un mecanismo para defendernos de lo que nos está amenazando: una pandemia mundial.

¿Cómo detectar posibles secuelas psicológicas del coronavirus?

Estrés, incertidumbre, cambios continuos, confinamientos, pérdida de familiares, problemas económicos… Todo esto ha ido sumando y afectando nuestra vidas de manera inconsciente. Por ello, queremos nombrar una serie de síntomas que podrías estar sufriendo y facilitar su detección para evitar un impacto negativo en nuestro día a día.

  • Estado de ánimo decaí­do, el cual no te permite disfrutar de las actividades en las que antes lo hacías; te sientes triste, no te apetece hacer nada nuevo.
  • Sentimientos de ansiedad, miedo o angustia. Sentir sensaciones físicas como taquicardias, presión en el pecho. Sentir que los pensamientos sobre las diferentes preocupaciones están fuera de nuestro control, y nos generan elevado malestar y ansiedad. Respecto al miedo a contagiarse, podemos haber desarrollado comportamientos que se caracterizan de hipocondríacos u obsesivos.
  • Tener problemas a la hora de conciliar el sueño. Por las noches te sientes inquieto, preocupado, exhausto.
  • Sentir miedo por poder coger o tener el COVID-19 produciendo malestar y una limitación mucho más alta de la que observamos en nuestro entorno (familia, amistades, conocidos)
  • Culpa y miedo de contagiar a un ser querido, siendo estas emociones constantes, o impacto de manera intensa de manera puntual.
  • Problemas laborales o sentimentales. Estas son una claras señales de que nuestras emociones están desbordadas y nos dificulta concentrarnos en nuestras vida laboral y personal.
  • Desesperanza e impaciencia con el futuro del COVID-19, lo que deriva en posponer planes y acciones. No planteándose nuevos objetivos, y generando emociones negativas en el presente.

¿Cuáles son las consecuencias del coronavirus?

El coronavirus nos ha afectado a todos de forma considerable, quizás incluso no somos ni conscientes de todo lo que nos ha podido llegar a afectar. Vamos a analizar en profundidad cómo ha impactado a cada una de nuestras áreas personales. Cabe destacar que cada persona habrá vivido esta situación de un modo en particular pero la mayoría comparten una serie de características en común:

  • Ocio: ha sido una de los sectores más afectados ya que con las cuarentenas, los confinamientos, las decisiones y recomendaciones sanitarias y gubernamentales, se han cerrado muchas zonas de ocio. El coronavirus durante muchos meses ha hecho que estuviéramos encerrados en nuestras casa. Hay gente que ha realizado actividades a través de los ordenadores, consolas, etc. Lo que tenemos claro es que a las personas el no poder salir al aire libre, no poder realizar actividades fuera de sus casas, entre otras actividades, de forma consciente o inconsciente les ha afectado psicológicamente.
  • Amistades: al no poder quedar de forma física con nuestros amigos es posible que las relaciones de amistad se hayan distanciado un poco y por lo consiguiente nos sintamos más solos últimamente. Se han intentado hacer videollamadas, juegos online, entre otras cosas pero con el paso del tiempo ha habido un poco de distanciamiento y más si hay algún amigo que sea hipocondríaco o que tenga mucho miedo con el coronavirus. Están siendo momentos difíciles para las quedadas con amigos (sobre todo grupales) y situaciones como éstas pueden hacer que dejemos de sentir y recibir los aspectos positivos de mantener un red social de apoyo.
  • Familia: es una situación parecida a la de las amistades. El distanciamiento social con familiares ha podido hacerte sentir inseguro o como con las amistades sentirte aislado de la sociedad, sobretodo en personas que viven solas. El no poder ver a seres queridos para poder abrazarlos y sentirles cerca es algo que en el momento puede hacernos sentir anímicamente tristes y en un futuro al experimentar todas esas emociones negativas nos puede traer secuelas más graves. Si a todo esto y en caso extremo durante este periodo ha habido algún familiar difunto, la situación se complica mucho más ya que al no poder despedirte de ese ser querido y encima no poder tener contacto con la familia va a ser un impacto psicológico muy duro para la persona.
  • Trabajo: en el trabajo es muy probable que la persona haya sufrido cambios, con el coronavirus se ha fomentado mucho el teletrabajo, es decir, se ha trabajado desde casa sin tener que ir a las oficinas. Los trabajadores ya no estaban envueltos de compañeros con los que poder desconectar tomando un café, hablando sobre sus hijos, etc. Por un lado se ahorran el tener que ir hasta la oficina, pero por el lado contrario tienen que realizarlo todo online. Toda esta situación ha hecho que muchos trabajadores se queden sin trabajo ya que muchas empresas se han visto en la obligación de cerrar y dejar a sus trabajadores en ERTE. Las personas que han seguido trabajando es muy probable que estuvieran más estresadas, con ansiedad ante dicha situación.

En conclusión, tanto si han tenido que trabajar como si no, el trabajo ha cambiado de una manera brusca y se ha visto influenciado de manera considerable por el coronavirus.

  • Desarrollo personal: somos seres que necesitamos relaciones interpersonales para desarrollarnos como personas. De este modo, en esta situación nos hemos visto un poco estancados, sin saber muy bien por qué estaba sucediendo todo esto. Durante este tiempo hemos tenido tiempo para conocernos mejor, para adaptarnos a situaciones externas en las cuales no podemos hacer nada, en cambio, hemos sufrido a nivel psicológico con el distanciamiento social, las cuarentenas, los confinamientos. Es una situación novedosa para todos nosotros así que no podemos saber exactamente cómo nos afectará en un futuro, lo que sí tenemos claro es que psicológicamente nos va a afectar y todo eso aún está por llegar cuando volvamos a la dicha normalidad.

Cuadros clínicos agudizados por la situación pandémica

El coronavirus ha saturado la sanidad y la crisis sanitaria ha agudizado los problemas de salud mental. Con esta situación los psicólogos y psiquiatras alertan de una serie de trastornos que se han aumentado y agudizado. Vamos a mencionar alguno de ellos para ver cómo afectan a las persona y a la sociedad:

  • Han aumentado los trastornos obsesivos compulsivos. Con la pandemia ha habido personas que han experimentado este tipo de síntomas a través de pensamientos obsesivos sobre contagiarse del COVID, derivando en comportamientos compulsivos como lavarse continuamente las manos, limpiar la casa, la ropa. Llevar las medidas propuestas de seguridad al extremo, dedicando mucho tiempo a las mismas.
  • Estrés sostenido y ansiedad social: las personas han vivido con una incertidumbre prolongada en el tiempo, sin poder salir de sus casas, sin ver a seres queridos, eso les ha generado un estrés y ansiedad en su día a día.

Por un lado, el miedo al contagio, ha derivado a que las personas realicen evitaciones sociales.
Por otro lado, hay personas que ya previamente sufrían de ansiedad social (miedo a lo que los demás puedan pensar de uno mismo, miedo a la crítica, a sentirse observado). Tras todo lo vivido, estas personas han estado mejor clínicamente debido a que no tenían que enfrentarse a dichas situaciones, dado que el día a día se ha reducido mucho el contacto social. Sin embargo, lo que parece que ha podido favorecerles, va a derivar en un aumento de ansiedad cuando todo vaya volviendo a la normalidad, dado que van a volver a tener que relacionarse, y llevan más de un año sin enfrentarse. Es una de las áreas psicológicas que se espera aumento de ansiedad y demanda psicológica.

  • Hipocondría: los casos clínicos de hipocondría han aumentado significativamente también. Han habido muchos casos donde las personas tienen la convicción de que tienen esta enfermedad llamada covid-19 por alguna interpretación personal que habían hecho ellos mismos sobre alguna sensación de su cuerpo o de casi cualquier otro signo que aparezca en el cuerpo. También se ha observado un aumento de preocupación por otro tipo de enfermedades, como cáncer, tumores, problemas neurodegenerativos, etc.
  • Estado de ánimo: durante este periodo ha habido muchas personas tristes, desesperanzadas después de tanto tiempo sin saber si habrá solución a este problema. Las personas han estado encerradas, reducción el contacto con sus seres queridos y disminuyendo el nivel de ocio, y eso les ha hecho que su ánimo, su forma de ver la vida haya decaído. La depresión ha aumentado también debido a la prolongación de episodios tristes por parte de la persona. Esta situación de malestar y tristeza también ha hecho que haya más personas con problemas con el alcohol o algún tipo de sustancia dañina para nuestro cuerpo.

Intervención psicológica para una mejor adaptación al coronavirus

Si te has identificado con la lista de posibles secuelas que te ha podido dejar el coronavirus te animamos a que acudas a alguno de nuestros profesionales de la salud mental. Ofrecemos nuestra ayuda con el fin de evitar un estado depresivo y, por supuesto, de mejorar tu estabilidad emocional ante cualquier circunstancia.

A través de nuestro tratamiento entrenaras y trabajaras para poder poner en marcha las estrategias y herramientas necesarias para ser capaz de sobrellevar mejor esta situación. En nuestro tratamiento trabajamos:

  • La psicoeducación emocional: donde la persona aprenderá a percibir, identificar, comprender y gestionar sus emociones para así poder intentar controlar mejor toda esta situación.
  • Relajación, mindfulness: es importante trabajar el estado de desactivación psicofisiológico, por el tema del cortisol y de que la persona pueda salir en algunos momentos del bucle que le producen los pensamientos negativos. Las terapias de atención plena como el mindfulness nos van a hacer encontrar la paz mental que tanto nos es necesaria en algunos momentos del día.
  • A través de terapia cognitiva trabajaremos para que la persona pueda modificar y trabajar sus pensamientos en momentos de bucle, manía u obsesiones.
  • En estos tratamientos la persona aprenderá herramientas asertivas para resolver de manera efectiva los diferentes problemas de la vida diaria
  • Eliminar herramientas de afrontamientos desadaptativos: la ansiedad se alimenta en función de cómo la gestionamos, hay muchas veces que no la tratamos como es debido cosa que nos hace más daño todavía.
  • Herramientas de crecimiento y mejora personal, te ayudarán a tomar conciencia sobre tus fortalezas y valores personales, así como plantearte objetivos y metas y ponerte en acción para conseguirlas.

Con esta serie de tratamientos hemos notado una mejoría considerable en nuestros pacientes, mejorando su calidad de vida, autoestima y esperanza, así como mejora de su estado de ánimo, y su estado ansioso.

¿Cómo ayudar a un amigo o familiar con dificultades ante esta situación?

Muchas personas están luchando contra el estrés, el miedo y la angustia y la fatiga durante la pandemia del COVID-19, y es posible que te encuentres en la situación de ayudar a un amigo o familiar que lo esté pasando mal. Todos reaccionan a las circunstancias de diferente manera y puede llegar a ser un gran desafío saber cómo ayudarles.

Encontrar las palabras adecuadas puede ser difícil, pero si lo miramos desde otra perspectiva, qué decir puede ser menos importante que cómo escuchar. Hay veces que no es necesario que ofrezcas un consejo innovador cuando alguien se sincera contigo sobre sus sentimientos. En realidad, lo que la mayoría de personas necesitan es sentirse escuchadas y comprendidas.

La frustración y la confusión de no saber qué hacer en estos casos con las personas que queremos pueden contribuir de forma negativa en la persona afectada. Si te preguntas cómo poder aportar tu granito de arena, las siguientes medidas te orientarán e informarán sobre cómo poder ayudar a tu amigo o familiar.

Debemos expresar nuestra preocupación de manera que la persona se sienta segura y protegida. Darle la confianza necesaria para intentar transmitir que estamos ahí para ellos y que lo que queremos es que estén sanos y felices.

Evitemos minimizar los miedos de nuestro ser querido. Su sentimientos de angustia no desaparecerán con decir: «no tienes nada de qué preocuparte». Transmitiendo nuestro apoyo podremos ayudarle a afrontar la situación sin que se sienta culpable. Reconozcamos su esfuerzo y valoremos que lo que sienten es real para ellos.

Seamos positivos y demostremos que creemos en su capacidad para salir del bucle que le produce el estrés, la angustia y el miedo ante la situación de la pandemia, ya que nuestra confianza está puesta en ellos para que alcancen sus objetivos.

En tiempos de distanciamiento social, es particularmente importante mantenerse conectado con sus amigos y familiares. Ayudar a otras personas a sobrellevar el estrés a través de llamadas telefónicas o videollamadas puede ayudar a nuestros seres queridos a sentirse menos solos y aislados.

Por otro lado, es de gran ayuda intentar proporcionarles buenos recursos tanto terapéuticos como médicos o sociales. Es posible que no sepamos a quién acudir o a quién recomendar si nunca hemos pasado por algo parecido. Encontrar estos recursos y guiar a nuestro amigo o familiar hacia un profesional de la salud mental hará que este pueda diagnosticarle y brindarle el tratamiento que necesite empezar a seguir.

Si tu amigo o familiar está luchando no solo con la pandemia sino con todo lo que conlleva a nivel psicológico, puedes ser tú quien desempeñe un papel positivo alentando su éxito; haciéndole saber que te preocupas por él, celebrando su progreso y proporcionándole el tratamiento profesional necesario.